Soy madre de dos hijos y desde hace seis años maestra en Educación Infantil. Trabajar con las familias es lo que más disfruto, me Motiva mucho poder acompañar a los padres en la educación de sus hijos cada día.
La convivencia familiar es cosa de todos, incluso de los más pequeños. ¿Pero qué puede hacer un niño que tiene 1, 2, 3 años o más? Muchísimas cosas. La casa es de todos y la cuidamos entre todos. Dándoles encargos les hacemos responsables, en la medida de sus posibilidades, de que nuestra casa marche bien.
Entre un No puedo. ¿Me ayudas, papá? y un Yo soy capaz, está la seguridad en sí mismo que va ganando un niño al cumplir sus encargos.
La seguridad en sí mismo de un niño que es capaz de recoger todos sus juguetes, y la seguridad en sí mismo que necesita un padre para poner orden en las cuentas familiares, es la misma. ¿Qué perdemos dándoles una responsabilidad? Nada. ¿Les hacemos mayores antes de tiempo? Desde luego que no.
Haciéndoles responsables hoy, les hacemos seguros de sí mismos mañana. Les estamos diciendo continuamente: ¡tú eres capaz!
¿Cómo deben ser los encargos?
Primero, adecuados a su edad. Hay que detenerse y echarle imaginación. Esto que hago cada día, ¿podría hacerlo Nicolás? Sí. Entonces es encargo suyo. Apagar la última luz de casa antes de salir por la mañana, llevar su pañal hasta el cubo de la basura (ya iremos afinando la puntería final…). Nunca le encargues algo complicado, acabaría frustrado y perdería las ganas de ayudarte.
Segundo, con objetivos progresivos. Puedes ir aumentando el número y la dificultad. Si ya sabe llevar su pañal al cubo, entonces podrá también coger el rollo de papel higiénico agotado y tirarlo, y además, coger uno nuevo y colocarlo. Al principio tendrás que avisarle de que se ha agotado, ¡Nico, haz tu encargo por favor! Pasado un tiempo, se dará cuenta solito y lo cambiará.
Siéntate y haz una lista de encargos con tu marido o con tu mujer, ¡poneros vosotros también! Tenemos que vivir lo que queramos transmitir. Colgadlo en un lugar visible, por ejemplo en la nevera. A los más pequeños, como no saben leer, les ayudará mucho poner una imagen de su encargo que les ayude a identificarlo.
Tercero, les deben motivar. Para conseguirlo, no podéis olvidaros de alabar lo que han hecho cada vez que cumplan su encargo, ¡muy bien Nicolás! ¡Mamá está muy contenta! ¡Papá está muy orgulloso!
La responsabilidad es un claro indicador de la madurez en los hijos. Por eso, como padres, hemos de ir fomentando día a día en nuestros hijos este apreciado valor, especialmente a través de la consecución de estos pequeños encargos familiares.
¿Quieres ideas?
Para niños de 2 años: tirar su pañal, echar su ropa al cesto, tirar de la puerta al salir de casa (y cerrar sin dar golpe), guardar en su sitio las bolsas de plástico vacías, recordar a papá que se ponga el cinturón en el coche.
Para niños de 3 años: poner el chupete a su hermana, colgar en su sitio el abrigo, ayudar a regar, recordarle a mamá al salir de casa si ha cogido el móvil y las llaves.
Para niños de 4 años: ser responsable de su propia planta, ayudar a poner y recoger la mesa, ordenar los cojines del sofá, emparejar los calcetines, colocar los cubiertos limpios, meter la ropa en la lavadora.
Para niños de 5 años: ayudar a colocar la compra, preparar su ropa para el día siguiente, limpiar sus zapatos, coger el teléfono de casa, dar de comer a la mascota.