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Belén Arsuaga La Porte Soy profesora de Educación Infantil, diplomada en Magisterio y licenciada en Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajo en el colegio Montealto y disfruto cada día, desde hace años, con este público tan agradecido.

Por fin llega el tan ansiado verano, y, después de tan larga espera, resulta que muchas familias con niños pequeños, pasado el primer arrebato de ilusión y de alegría, piensan… ¿y ahora cómo hago? ¿Qué organizo? ¿Qué cosas puedo hacer con ellos?

Pues ahí van unas pequeñas ideas o sugerencias por si a alguien le sirven de ayuda.

  • Empecemos por lo más elemental: descansar, disfrutar y pasar tiempo juntos. Parece obvio, pero cuántas familias a lo largo del curso han tenido tiempo para hacer cosas juntos, y para “rozar” unos con otros, que es de donde surge el conocimiento del otro, el cariño, el aprender a convivir.
  • Dejar mucho tiempo para jugar y jugar con ellos. Es muy buen momento para enseñarles juegos de mesa que tengan reglas claras; además tendremos más paciencia y horas que durante el resto del año. Para los más pequeñitos el dominó, la oca, juegos de memoria.. a partir de los 4 y 5, el parchís, y el juego estrella: el ajedrez.
  • Realizar actividades que impliquen ejercicio con o sin clases específicas (papá y mamá son los mejores profesores en muchas ocasiones): natación (juegos o ejercicios acuáticos), montar en bicicleta, balón, tenis, caminatas, excursiones… Vivir las fiestas, actividades y celebraciones de los lugares donde pasamos el verano.
  • Buscar otro tipo de actividades o talleres de tipo manual, relacionados con la música, la pintura, etc. Es un buen momento para potenciar y descubrir aficiones en los hijos; o simplemente realizar en casa manualidades. Pon un mantel de plástico en la cocina y lánzate a pintar, pegar, recortar, modelar, ensartar, construir, etc.
  • Haz un huerto, en la terraza, en el jardín o en algún sitio que conozcas. Que los niños aprendan a plantar semillas, a cuidar las plantas, a probar y comer lo que de él obtengamos.
  • Por último, y, si queremos ponernos algo más formales, mantener, sólo un poquito, el hábito de trabajo que han ido desarrollando durante el curso, a través de algún cuadernillo, de pasatiempos, de un ratito diario de alguna actividad más sedentaria o de concentración: puzles, cuentos, lectura, aunque sea sólo mirar cuentos y buscar letras que conocen, o dar a las letras de un teclado de ordenador buscando las que tú le dictas.

Hay juegos y actividades buenos para el ordenador y el iPad, pero es tan fácil terminar abusando de ellos, que debemos estar muy seguros de que vamos a realizar un uso adecuado.

Todo este cóctel, aderezado con un poco de orden, de horarios, aunque sean flexibles, claro, y de ganas de pasarlo bien juntos, tiene el éxito asegurado.

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