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Todos somos creativos, la creatividad no es una cualidad con la que unos nacen y otro no, es una capacidad común a todos; sólo hace falta desarrollarla.

Ante esta sociedad tan globalizada y tecnológica en la que nos encontramos, donde parece que ya no queda nada por crear, donde todo son facilidades para proporcionarnos una vida más cómoda y fácil, donde cuesta desconectarse de las pantallas y donde el acceso a la información ya no es un problema, aparece la importancia de trabajar la creatividad en las personas, sobretodo en el ámbito educativo.

Los profesores nos encontramos con la ardua tarea de enseñar el arte y la capacidad que tenemos de crear y de asombrarnos por la belleza. Por ello, tratamos de desarrollar las capacidades artísticas de los alumnos a través del dibujo y de trabajos manuales; trabajando elementos básicos del arte, como la línea, el punto y el plano, y las diferentes técnicas del color.

Los proyectos que se realizan en el aula pueden ser de carácter pictórico o como manualidad o construcción; pero siempre con un objetivo fijo. Se empieza trabajando el elemento más básico del arte como puede ser el punto, la línea o la curva. O partiendo de los colores primarios y secundarios de forma experimental, para que mezclando las pinturas y mediante un círculo cromático descubran la gama de colores que se puede obtener; se trabajan también los colores cálidos y fríos, las luces y sombras, el positivo y negativo. Diferentes técnicas, como el puntillismo, el carboncillo para crear sombras, la degradación del color desde el más oscuro al más claro. También conocen diferentes artistas, como Kandinsky, Van Gogh, Mondrian o Picasso, entre otros.

No sólo buscamos que adquieran una competencia creativa y mejoren su capacidad artística, ya sea con las artes plásticas, la danza, la música o el teatro, sino que con ello, consigan expresar sus ideas y sentimientos; que encuentren en el arte una forma de volcar sus emociones.

Además, las artes tienen una gran importancia en el desarrollo de la persona, se consigue desarrollar en el alumno una personalidad arraigada, un espíritu crítico, la aceptación de las ideas de los demás, la capacidad de asombro y desarrollo de la imaginación, tan útiles para su vida personal y social, durante su etapa escolar y posteriormente.

¿Cómo fomentar la creatividad en los alumnos?

– Hay que animarles a que utilicen su imaginación, que no copien al compañero u a otro artista, que sean originales, no es mejor hacerlo perfecto sino que lo importante en la originalidad y esfuerzo puesto en los trabajos.

Es necesario que se aburran, así, como suena, el aburrimiento hace que las personas desarrollemos capacidades nuevas, muchos de los grandes artistas se han aburrido antes de comenzar su obra. El aburrimiento hace que nos inventemos un juego, una actividad, que convirtamos algo rutinario en diferente.

No hay que darles todo hecho, darle una hoja en blanco, que hagan el dibujo que quieran y si no se les ocurre nada, que miren el folio hasta que surja la inspiración.

Esforzarse, dedicarle tiempo y no rendirse ante la primera de cambio que no se nos ocurra nada. Intentarlo y reintentarlo, borrar mil veces si es necesario y cambiar de idea las veces que se quiera.

– Alejarse de las pantallas, utilizar las manos, hacer trabajos manuales, con diferentes materiales, reciclados, de papelería o cualquier cosa que se tenga en casa. Que no dependan de la tecnología para divertirse, que sean capaces de entretenerse con unos garbanzos y una botella de plástico, creando nuevos juegos de la nada.

– Evitar las modas, elegir un estilo propio de dibujar, de jugar o incluso de vestir. Las modas nos limitan y nos hacen pensar menos en lo que realmente nos gusta. No hacer las cosas porque los demás lo hacen, tener una personalidad firme en nuestros gustos, sin olvidar las estética y la ética.

– Como padres o tutores, tener paciencia, sentarnos con ellos, contarles historias, enseñarles a asombrarse por la vida, iniciarles en este camino. Lo más fácil y cómodo es sentar a un niño delante de la televisión, pero no es lo mejor para él. Se necesitan grandes inventores y artistas en el futuro, con ideas nuevas que destaquen sobre el resto.

Hagámoslo realidad, la creatividad está en nuestras manos así que…

¡Manos a la masa!

La receta de la creatividad quedaría así, una pizca de buen humor, dos cucharadas de personalidad, unos polvos de aburrimiento, cuatro vasos de paciencia. Lo batimos todo y añadimos, dos cubiletes de esfuerzo, tres cucharadas de pinturas de colores y todo esto, al horno treinta minutos.

Lo sacamos del horno y ¡listo a la mesa a disfrutar!

Carmen Sancho, profesora de Inglés y de Artística en el Colegio de Fomento Montealto y El Prado, en Educación Primaria e Infantil.

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